miércoles, 8 de junio de 2016

TITÁN Quijotesco, COMENSAL De la Mancha




Genio y figura, deportista de cuna y dura testud hasta el logro consumado.
Esta semana GastroQuixotes entrevista al Titán Socuellamino desde otro punto de vista, el gastronómico.
David Merino González nos habla de su alimentación, de como se nutre un atleta para afrontar una de las pruebas más extremas del planeta.

GQ: ¿Has seguido algun tipo de alimentación especial y/o dieta para preparar la Titan Desert?

La verdad es que no era una de mis prioridades ni preocupaciones. Si es cierto que en la ultima semana traté de hidratarme a tope, me salía el agua hasta por la orejas. Por resaltar algo abusé un poco de los hidratos de carbono en forma de pasta o arroz, pero he comido más o menos como siempre. Algo más de ternera o pollo, pero nada en especial.
Llegar a una prueba de esta índole con 3 ó 4 Kg de más no es malo, fue un consejo que me dió un profesional y me va bien.

GQ:¿Cuentas con ayuda profesional para la alimentación?

No, soy autodidacta (risas). Al no dedicarme de un modo profesional a esto creo que no me hace falta. Cada cual conoce bien su cuerpo y sabe como tiene que alimentarse para una prueba de este tipo.
Profesionalmente solo acudo una vez al año a un cardiologo para realizarme una prueba de esfuerzo, creo que esto sí es imprescindible para cualquier persona que vaya a enfrentarse a una prueba así.

GQ:Cuéntanos como empezabas el día en una prueba como ésta en clave gastronómica.

Nos levantábamos muy temprano, sobre las 6 de la madrugada. La organización traslada día tras día un catering de una calidad excelente, todo muy bien montado, con productos de primera calidad. Nunca he sido una persona de mucho desayunar, más bien lo contrario y pensando que me voy a enfrentar a un recorrido largo no me cabe nada en el estómago. Los compañeros de carrera se sorprendían cuando les contaba lo poco que ingería antes de cada salida pero como he dicho antes, asi me va bien, por qué cambiar.



GQ:¿Y durante las 6 ó 7 horas de ruta?

En el desierto las condiciones son extremas, lo que más hacía era intentar hidratarme. Siempre solía llevar tambien encima algo de glucosa en forma de gel aunque he de confesar que no soy partidario de llevar mucho más que eso. Había corredores que llevaban preparados ricos en Magnesio, Potasio, etcétera. Otros portaban frutos secos por su aporte calórico y su riqueza en iones. A mi, con un dulce me bastaba, además no estoy acostumbrado a este tipo de productos y los frutos secos no me hacen gracia.

GQ:¿Teníais Avituallamiento?

Si, en cada etapa existían varios puntos de control de paso, en cada uno se ofrecía a los participantes liquido, agua, zumos y sobre todo bebidas energéticas ya que una de estas es la marca patrocinadora de la prueba. No había sin embargo nada solido para tomar pero dadas las circustancias climatológicas del lugar es perfectamente entendible.

GQ:Llegarías hambriento, ¿como te alimentabas tras terminar cada etapa?

Sí claro, hambriento y sediento pero mantenía la calma y practicaba la regla de "muchas veces poco". Desde que cruzaba meta hasta irme a dormir hacía entre tres y cinco comidas de poca cantidad, eso es desde la una o dos de la tarde hasta que me iba a a cama.



GQ:¿Como era el catering?

Excelente, de 10. Todo comida mediterránea. Un servicio muy bueno, como buen carnívoro que soy, disfruté de la ternera, el pollo o el pavo. Las salsas que acompañaban a la carne eran bastante suaves y ricas.
El Buffet permanecía abierto desde que amanecía hasta las once de la noche y como decía antes, me veían por allí 4 ó 5 veces todos los días.



GQ:¿Y la comida Marroquí? 

El catering era mediterráneo por completo. Aún así este tipo de gastronomía contiene muchas especias y eso a la hora de montarte en la bici, no se yo. Desde el respeto, prefiero no hacer experimentos.

GQ:¿Al finalizar la prueba, tuvisteis cena de gala? 

Por supuesto. Despues de pasar una semana pedaleando por el desierto con un sol de justicia era merecido. Hotel de 5 estrellas, un buffet infinito con nuestras correspondientes cervezas y vino y despues de cenar alguna copa cayó. (risas)

GQ:¿Cuál es la primera comida que se te ha venido a la cabeza al llegar?

En realidad han sido dos, la primera de ellas las extraordinarias albóndigas de mi madre Dolores, que las hace muy ricas y como me conoce bien me las preparó.
Y tampoco puedo olvidar el cocido que aún tengo pendiente de la abuela de mi novia Tania, que lo hace muy bueno la verdad.


GQ:¿Algo que hayas echado de menos y modificarás para
la próxima?

Había tres amiguetes de Criptana que se llevaron hasta el vino de su pueblo y su jamoncete. Asi que como buen Manchego y buen Socuellamino he tomado nota y el próximo año facturo una maleta con mi jamón, mi quesete en aceite o las mismisimas albóndigas de La Dolores en un tupper. Y como no, un buen vino del pueblo, eso está claro.






jueves, 2 de junio de 2016

SIENTE EL PENSAMIENTO, PIENSA EL SENTIMIENTO.

















En esta ocasión, queridisimos gastrofagos, glotones y viajeros os queremos acercar a una de nuestras ciudades mas queridas, si no la más, la que vió crecer al mayor de nosotros a nivel profesional, entre libros y brebajes varios, rodeado de multitud de grandes amigos/hermanos.
















SALAMANCA tierra mía. Años ha que no teniamos el gran privilegio de recorrer sus calles, escuchar su legendaria tuna, probar sus increibles chacinas o beber sus deliciosos caldos.
Atractiva para todos, acogedora, paseable de cabo a rabo, su casco antiguo te deja boquiabierto desde el primer paso, rodeado de esa magia que desprende la piedra franca de Villamayor, una piedra que crea una sensación de nieblina que abraza los edificios y que le da ese toque romántico y misterioso a la ciudad.

























Sin tiempo para cerrar la boca y caminando por sus callejuelas y pasadizos te topas con una de sus jugosas tiendas gourmet exclusivas, dedicadas al cerdo ibérico. Y es que por no más de 3 euros puedes zamparte un señor bocata de jamón de tan noble animal.

Antonio de Nebrija, Cristóbal Colón, Fernando de Rojas, Fray Luis de León o Miguel de Unamuno fueron algunos de los personajes que anduvieron por las calles de tan bella ciudad.

A nivel gastronómico, ciudad apta para todos los bolsillos, predominio desde hace siglos de la clase estudiantil, motor económico y gran juez de los precios de sus tapas y vinos. Bares como “El Bambu”, cerca de la plaza mayor que cuenta con una variedad de tapas que abarcan desde una tortilla rellena hasta un suculento churrasco a la brasa viva constante.

























Otro gran clásico es el bar “Yunque” donde, el famoso bocata de bacon, queso y pimientos en pan de pueblo chapatesco te dejaba el cuerpo como un reloj a eso de las seis de la mañana cuando llevabas más copas que una baraja.

Mucho ha cambiado la oferta gastronómica de la ciudad desde nuestros tiempos joviales y es que hoy en día en la ciudad charra puedes encontrarte comida internacional con la que hace 20 años ni soñábamos.

Tuvimos la oportunidad de disfrutar de comida tradicional japonesa en casa de Conchi y su marido japonés Yamanaka. Vamos, era como comerte unas gachas de nuestra abuela Petra en Japón. No catas el famoso Sushi pero los pucheros japoneses son magníficos, se trata del restaurante japonés “Ai”. 


















Yamanaka, ciudadano nipón aventurero que con 20 añitos se embarcó en un maravilloso viaje a occidente atraído por su amor por el flamenco y los toros. Ni corto ni perezoso se inscribió en una escuela taurina pensando que iba a estudiar el mundo de los toros y  no a ponerse delante de uno, ahí entró Conchi, que se enamoró de este flaco hijo del sol naciente de mirada profunda, tradición y nobleza. En definitiva, buena gente. Honradez. Ilusión. Enormes valores de los que nunca te cansas.
















Plaza Mayor, 13 horas del sábado nos encontramos un bar que no recordabamos…¿Que no recordabamos?, “imposible! Y es que ese bar no era igual que cuando llevaba libros de medicina en la mochila” (relata David). Se trata del bar restaurante “Montero”. Vanguardia y tradición unidas en un muy buen hacer, con una carta discreta en producto pero producto con mayúsculas: delicias como lomo de cerdo con una veta jugosa, tartar de atún rojo o un gran plato de quesos que incluye joyas como Idiazabal. La carta de vinos a la altura, simplemente maravillosa. Enhorabuena chicos por brindarnos esos manjares. Ni qué decir tiene que cerramos el bar sobre las 6 de la tarde mas o menos. Como en casa.



































 
Salamanca cuenta con un restaurante con una estrella Michelin al que tuvimos la suerte de ir y que lamentándolo mucho no merece más comentarios por nuestra parte, GastroQuixotes solo hace referencias en positivo.

Para terminar decir que si algo caracteriza a Salamanca y por lo cual tiene su fama bien merecida es la fiesta y sus grandes bares de copas. Así “El capitán Haddock”, “La Posada de las Almas”, “El Tiovivo” y “CumLaude” te ofrecen el ambiente de siempre con el plus de vanguardia del GinTonic que nos inunda estos días. Por allí estuvimos rebajando la cena del viernes y la comida del sábado.

Queridos amigos, os animamos a perderos por la Salamanca medieval, cruzar su puente romano, contemplar su catedral y su universidad antigua, y dejaros seducir por sus chacinas y brebajes.

“Quod natura non dat, salmantica non prestat”, gran lema que podréis leer en la universidad antigua, más o menos viene a decir que la ilusión, la pasión, la inteligencia o las ganas de aprender con las que una persona nace jamás te las podrá ofrecer la universidad.

Por último, no olvides plantarte frente a la fachada de la universidad y buscar con esmero la famosa “Ranita”, ya que según cuenta la leyenda, si la logras hallar, a tan hermosa ciudad, regresarás.



















 Apurari.